Movimientos artísticos: Impresionismo

El impresionismo nace en París en abril de 1874, cuando unos excluidos artistas deciden realizar su propia exposición, entre ellos, Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Camille Pisarro o Paul Cézanne. La exposición fue acogida con curiosidad y confusión entre el público y con sarcasmo entre la prensa popular, que fue quien bautizó el movimiento por la obra de Monet, Impresión, sol naciente con la irónica broma de "Impresionistas".


La apariencia inacabada y similar a un boceto, provocó numerosas críticas, aunque después, fue la característica que más reforzaba el movimiento. Estos artistas rechazaban la visión del arte establecido y al monopolio y la linealidad de las obras expuestas en esos tiempos. Hacia el final del Siglo XIX la Academia francesa seguía apoyando la teoria del Renacimiento, el arte se valoraba según el parecido con los objetos naturales.


A partir de la segunda mitad del siglo XIX, París se convirtió en la primera metrópolis realmente moderna, hecho que aprovecharon los impresionistas para plasmar en sus "incompletas" obras. Incorporaron nuevas técnicas, teorías, prácticas y variedad a los temas de sus pinturas, mientras el arte era la comidilla de todo París. El objetivo era hacer una obra espontánea con lo que el ojo ve, no con lo que el artista sabe hacer. A lo largo de 1860 los impresionistas se reunieron en el Café Guerbois de Montmartre (entre otros) para discutir sobre sus ideas y moldearlas. Entre 1874 y 1886 se realizaron las ocho exposiciones hoy famosas de su obra, que captaron la total atención (inesperada) del público de la época.